Los seres humanos somos seres complejos que estamos compuestos en esencia de cuerpo y alma, es una relación fundamental para que estemos llenos de vida. A lo largo de nuestro tiempo sobre la tierra, debemos cuidarnos para tener un bienestar pleno.
Somos conscientes del dolor corporal, ¿recuerdas cuando de niño te caías y lesionabas la rodilla? Aunque te dolía, tu cuerpo, automáticamente y sin tú estar consciente de ello, coagulaba la sangre para detener la hemorragia y generaba una barrera protectora.
Incluso si volvías a herirte allí, él volvía a sanarse con mayor rapidez.
¿Qué hay del alma? ¿Se puede herir?
La respuesta es sí, el alma también sufre, pero a diferencia de las heridas físicas. Las heridas del alma no se pueden curar solas ni inconscientemente. Además, estas no son perceptibles a simple vista, lo que las hace más peligrosas.
Las heridas del alma son dolorosas, incluso más que una herida física profunda. Estas se generan a lo largo de la vida cuando vivimos experiencias negativas que nos hacen acumular dolor progresivamente.
Este dolor no siempre está latente, sino que se manifiesta con mayor intensidad cuando estamos vulnerables a nivel emocional.
lo más importante es aprender a superarlas.
Una herida emocional que nos hicieron de pequeños, puede arruinarnos un brillante futuro. Por ello es nuestro deber cuidar el corazón y escuchar el alma.
¿Cómo se enferma el alma?
El alma es la representación intangible de lo que somos y es vulnerable a lo que nos rodea.
Cada día que interactúas contigo mismo u otros, el alma es propensa a salir herida, en menor o mayor medida.
Por ejemplo: cuando no cuidas tu autoestima, estás en constante presión, un ser querido te traiciona, etc. En todos estos casos, el equilibro y la armonía de tu meridiano se alteran y dependiendo de tu consciencia para diligenciar estas heridas, el daño puede ser acumulativo y degenerativo.
La conexión entre las emociones y los órganos es tan intensa que sentimos la alegría en el estómago y la depresión en forma de dolor muscular. Cuando estamos constantemente expuestos a sentimientos negativos, el sistema inmunológico se debilita y la probabilidad de contraer enfermedades aumenta.
Para evitar dañar el cuerpo a través del alma, debemos aprender a gestionar y controlar nuestros sentimientos y emociones. Así mismo, también debemos reconocer y comprender las energías que estamos proyectando y absorbiendo.
El cuidado del alma no es un proceso de una sola vez, al contrario, es un proceso que durará toda la vida. Para nadie es sorpresa que vivimos en un mundo complicado donde muchas veces no somos responsables del daño que nos ocasionan otras personas, pero sí somos responsables de sanar y vivir como queremos.
¿Cómo saber si nuestra alma sufre?
Cuando no estamos alineados con la armonía del todo, es difícil saber cuándo el alma está herida, incluso si la morfología del cuerpo no los grita, recuerda que toda herida en el alma, incluso si no sabes de su existencia, se exterioriza.
Sabrás que debes sanar heridas del alma si estás experimentando:

- Frecuentemente piensas en experiencias del pasado.
- A menudo sientes que no estás completo o tienes algo pendiente.
- Padeces constantemente de insomnio.
- Frecuentemente no tienes energía para afrontar el día.
- No sales de alguna enfermedad para entrar en otra.
- Te sientes estancado.
- Tienes problemas digestivos.
- La relación con otras personas es inestable.
- Te encuentras en un ciclo de monotonía del que deseas salir, pero no te sientes en la capacidad.
- Abundan los sentimientos negativos, ira, rencor, odio, etc.
- Sientes constante miedo, sin razón aparente.
- Padeces de ansiedad.
- No sientes que eres tú realmente
- La única manera de volver a estar en armonía es sanando las heridas del alma.
Formas de sanar las heridas del alma
Te mostramos algunos ejemplos de terapias alternativas para sanar el alma.
Péndulo hebreo
Es una técnica para la sanación del alma que parte de la capacidad que tienen los seres vivos para emitir y recibir impulsos electromagnéticos, espectros de la energía o radiaciones. Estos espectros se detectan por medio de las oscilaciones de tres instrumentos (péndulo, horquillas, varillas en ángulo) que amplifican la frecuencia y localizan el origen.
El péndulo hebreo puede ayudar sanando heridas del alma, desbloquea emociones, elimina pensamientos almacenados inconscientemente, equilibra las dudas e incertidumbres. Es genial para programar el alma y conseguir ese crecimiento personal que buscas.
Reiki
Es una terapia que tiene sus cimientos en el ki, la fuerza vital del todo, en la cual el emisor (experto) puede manipular la energía y reconducirla al receptor (paciente) mediante imposiciones de mano, sanando heridas del alma.
El Reiki busca sanar las heridas del alma equilibrando las energías para desbloquear los chakras, ayudando a eliminar los pensamientos negativos, calmar la ansiedad, reducir el estrés, aumentar la concentración y la autoestima.
Sanación Reconectiva
Es otra terapia de la energía centrada en reconectar y equilibrar la energía del universo con la propia. El terapeuta pondrá en contacto al paciente con las energías superiores sin necesidad de contacto.
La sanación del alma reconectiva va de canalizar y armonizar las energías del todo para que en su sabiduría e inteligencia superior ayude a la sanación de rupturas emocionales conscientes o inconscientes.
Meditación y visualización
La meditación es una técnica de relajación que se usa para la sanación del alma y ayuda a colocar en descanso a tu lado consciente y conectar con tu yo interno, con ella puedes tratar problemas como la ansiedad, estrés o miedos.
El proceso de meditación es sencillo, aunque el conectar con tu yo interno no lo es tanto. La meditación tiene un proceso de aprendizaje largo que requiere paciencia y práctica, desde las primeras sesiones podrás notar pequeños, pero satisfactorios cambios, que empezarán a marcar la diferencia.

Curar el alma para sanar el cuerpo
Una y otra vez el diagnóstico es diferente, tienes que tomar otras píldoras, más dinero invertido en exámenes y la molestia sigue sin desaparecer, al contrario, empeora.
Hay dolores que no se curan con píldoras, a veces, la raíz de la dolencia no es física, sino emocional o mental.
La paz entra a nuestra vida sanando las heridas del alma. El cuerpo físico alberga la mente, el alma y la convergencia entre energías externas e internas, si algún factor determinado rompe la armonía de alguna, el cuerpo y el alma se resentirán.
Necesito sanar heridas del alma
Las heridas del alma se generan de nuestra interacción con el mundo, existen las micro heridas y las macro heridas. Las macros son heridas que se hicieron durante la niñez o la adultez temprana ocasionando comportamientos problemáticos que podrían ocasionarnos daños.
Las macros heridas se conocen como las 5 heridas del alma: las heridas del rechazo, el abandono, la humillación, la traición y la injusticia; de ellas se genera la dependencia emocional, el impulso de huir antes de solucionar, la necesidad de aprobación, entre otras. Estas conductas en la adultez suelen traernos dificultades al relacionarnos con otros y con nosotros mismos, y de esta manera, el alma se va resintiendo.
Como sociedad hemos normalizado vivir con heridas en el alma sin sanar, por ende, las dolencias en el cuerpo se intentan curar con píldoras, mientras el malestar emocional se acrecienta y criamos niños heridos. La sanación de las 5 heridas del alma solo se puede hacer para sanar las heridas del ama.
Ayuda para sanar el alma
Para sanar las heridas del alma, primero debes reconocer que existe un problema y que quieres arreglarlo. Comprender cómo está afectando tu vida actualmente es el primer paso.
Después de reconocer, debes proceder a identificar cuál es la herida abierta, por qué razón se mantiene fresca y si debes hacer la sanación de las 5 heridas del alma o de sus causales.
Es muy importante no subestimar los daños emocionales que las heridas del alma pueden causar en la personalidad, la estabilidad y la seguridad de un individuo
La sanación del alma es un proceso difícil y largo, se trata de hacer una autoevaluación profunda y sincera para poder así tratar las energías y poder armonizarlas nuevamente. Básicamente, este proceso conlleva tres pasos: reconocimiento, aceptación y conclusión. Aunque parezca algo sencillo, no es un proceso que se pueda hacer por uno mismo, lo ideal es buscar expertos que nos ayuden en el camino de equilibrar nuestro ser nuevamente.
Recuerda, la solución no está en huir del dolor, sino en enfrentarte a él, reconocerlo y superarlo. Escapar del dolor solo alargará el sufrimiento.
¿Qué pasa en el proceso de sanación?
Durante el proceso de sanación del alma se puede sentir frustración y negación a ciertas ideas, lo que hace que tengamos recaídas y el proceso se vuelva aún más complicado. Las terapias de energías, nos ayudan a canalizar los pensamientos disruptivos y a aumentar el enfoque para contribuir a la rapidez, también pueden reconfigurar nuestros metafiltros, es decir, la manera en la que procesamos las circunstancias para lograr un proceso exitoso.
Sentir dolor es un proceso que forma parte de la vida y, por lo tanto, tenemos que vivirlo aprendiendo a superarlo.
También es importante no descuidar tu estado de salud físico, meditar, hacer deporte, tomar aire fresco, son pequeñas cosas que te ayudaran a volver a equilibrar tu mente. No cometas el error de solo cuidar de una cosa u otra de tu ser, cuidar de todo es importante para un verdadero bienestar.
Lo imperativo es que aprendas que los errores de tu yo inexperto y las experiencias pasadas, no son motivo para reprocharte, sino circunstancias que por una u otra razón te han hecho crecer para poder alcanzar la madurez de tu armonía energética.